Diálisis Peritoneal

La diálisis peritoneal es un tipo de diálisis cuya finalidad es eliminar los desechos y el líquido excedente de la sangre a través de los vasos sanguíneos del peritoneo.

Para realizar la diálisis peritoneal, se debe realizar una pequeña intervención quirúrgica para la implantación de un catéter en la cavidad abdominal que nos proporciona poder introducir la solución de diálisis dentro de nuestro organismo.

Podemos dividir la diálisis peritoneal en dos subtipos: la diálisis peritoneal ambulatoria continua (CAPD, por sus siglas en inglés), y la diálisis peritoneal de ciclo continuo (CCPD). En la CAPD, el llenado y el drenaje de la solución se realizan por gravedad, y no se necesita la ayuda de un equipo electrónico. Gracias a ello, una vez realizado el cambio de bolsas de solución y productos de desecho se puede continuar con cualquier tarea diaria, trabajo, etc. Cada tratamiento es personalizado según criterios médicos, por lo que, se realizan una media de 3 a 5 intercambios al día de solución de diálisis dependiendo de las necesidades del paciente. De diferente manera, la CCPD, se realiza con la ayuda de una máquina cicladora que realizará los intercambios de soluciones de forma automática mientras la persona duerme. Siendo posible que algunas personas necesiten realizar un intercambio manual de bolsa durante el día. Entre los beneficios que engloban dichas técnicas son: mayor independencia y flexibilidad en el estilo de vida, pautas de alimentación más flexibles, hidratación corporal y química sanguínea más estables.

Finalmente, algo que destacar en la diálisis peritoneal es la atención a los signos y síntomas de infección del peritoneo, ya que a través del catéter pueden entrar gérmenes a la cavidad peritoneal. Una buena detección de la infección de manera temprana nos ayuda a reducir el riesgo en cualquier ámbito del tratamiento